¿Haz escuchado dichos como: Se armó la gorda, Ya chupó faros, sepa la bola o no te cae el 20? Aquí te decimos su origen.
CHUPÓ FAROS
CHUPÓ FAROS Se convirtió en una manera de decir, ya se murió, por ejemplo: » ¿Te acuerdas de fulano? , ya chupó faros» Y eso es porque, en los tiempos de la Revolución, antes de fusilar a los prisioneros, se les concedía un deseo: la gran mayoría pedía un cigarro y se lo fumaban de la manera más lenta posible… En esos años los faros eran muy populares entre la tropa por baratos y fáciles de obtener por ser hechos en México, eran de hoja de papel arroz, no tenían filtro y la casa matriz estaba en la Ciudad de Irapuato.
SE PETATIÓ
Los petates eran muy populares en “El México Que Se Fue”, tanto para usarlos como camas, sentarse al nivel de suelo, tenían múltiples usos, entre ellos uno muy triste. A los ajusticiados o los más pobres en lugar de un ataúd los enterraban envueltos en un petate y existía una carroza especial para llevarlos al panteón. Los mas » valientes » al ver pasar la carroza decían, » A mí no me asustan ni con el petate del muerto… » Con el tiempo se le agregaron varias más como por ejemplo: » Me quieres asustar con el petate del muerto » El petate es una como alfombra hecha con hojas de una planta llamada petate, nombre que viene del náhuatl Petlal.
YA NOS CAYÓ EL CHAHUISTLE
El Chahuistle es una enfermedad que le da a las hojas de maíz y que viene desde antes de la llegada de los españoles. Su nombre viene del náhuatl Chahuitztli. Es muy doloroso ver como una cosecha sana, enferme de Chahuistle. Por lo que la gente, pronto la empezó a usar para referirse a las personas que llegaban con malas vibras a fiestas o reuniones, diciendo: » Ya nos cayó el chahuistle »
SEPA LA BOLA…
Esa frase surgió en los tiempos de la Revolución Mexicana. En los levantamientos callejeros había de todo, campesinos, mujeres, militares, civiles… a esos grupos se les llamaba la bola. Eran grupos de gente muy diferente con una sola cosa en común, todos estaban cansados de la dictadura de Porfirio Díaz.
Cuando había destrozos o saqueos, la gente al no tener a quien culpar, solo decía: »fue la bola» Desde entonces decir “Sepa La Bola”, es una frase que usamos cuando nos preguntan quién es el responsable de algo y no sabemos o no queremos decir quien fue.
CHIFLANDO Y APLAUDIENDO…
Su origen se los debemos a los Tinacales (bodegas), donde los Tlachiqueros (personas dedicadas a extraer de los magueyes el agua miel, después menearlo de manera rápida para fermentarla y así obtener la bebida conocida como pulque) Los Tlachiqueros tenían que chiflar mientras hacían esta labor, por ordenes del patrón, pues si no lo hacían, los empleados se verían tentados a probar un trago. De ahí que las suegras acuñaran esa frase de: » Chiflando y aplaudiendo » para que los yernos mantuvieran las manos ocupadas y así no se propasaran con sus novias.
¡AGUAS, AGUAS!
Actualmente lo usamos para prevenir a alguien de un peligro eminente. Eso viene desde la Colonia, cuando al no existir los excusados, la gente usaba bacinicas y cuando las vaciaban, solo arrojaban el contenido a la calle, pero no eran tan mal educados, antes de hacerlo gritaban: ¡Aguas! o ¡Aguas va! Si los transeúntes, no estaban atentos, no era culpa suya… Actualmente, echar aguas, es como vigilar que no venga nadie, en lo que hacemos una »travesura…»
“COMES COMO PELÓN DE HOSPICIO
» Uno de los hospicios más grandes de México fue el HOSPICIO DE LOS POBRES ubicado casi enfrente de la Alameda Central e inaugurado en 1774. A mediados de los años 50, en la mayoría de los hospicios, para combatir a los piojos, se optó por pelar a rape a todos los internos, de ahí el » Te dejaron como pelón de hospicio » cuando nos cortaban el pelo muy corto, o el »Comes como pelón de hospicio’’.
T E P O R O C H O
Cuenta la leyenda que a principios de siglo XX en un puesto del mercado de la Merced , (uno de los mercados más importantes de la Ciudad de México), vendían unos tés de naranja o de canela con alcohol, por diez centavos, era tan popular ese puesto, que pronto la Merced se llenó de varios puestecitos ambulantes que lo daban a 9 centavos, al propietario del primer puesto no le quedo más remedio que bajar sus precios y para recuperar su clientela lo bajó hasta 8 centavos, por lo que, muchos, para curarse »la cruda» (especie de resaca que da al día siguiente de cuando uno se emborracha), empezaron a decir… » Vamos por el té por ocho » En la calle, se empezó a señalar a los borrachitos, diciendo, seguro es cliente del té por ocho , frase que con los años derivó en la palabra Teporocho…
¿YA TE CAYÓ EL 20?
Esta frase la usamos mucho para preguntarle a quien le estamos explicando algo, si nos entendió y viene de… Que en las primeras casetas de teléfono, estos solo aceptaban monedas de 20 centavos, al marcar, se escuchaba cuando nos contestaban y como el veinte caía, si este no caía, teníamos que apretar un como botoncito para que cayera, si no, no podían escucharnos. Por eso tantas frases relacionadas con el veinte: “No me había caído el veinte”,” ya me cayó el veinte”, etc. ÁGUILA O SOL La famosa águila o sol de los volados también viene de esta moneda. Como de un lado viene la pirámide del Sol y del otro un águila devorando una serpiente, se nombraba una de las dos caras durante los volados, costumbre que se extendió a todas las demás monedas…
ESTAS RAYADO O ANDAS RAYADO…
Actualmente se lo decimos a las personas que vemos que traen dinero y viene porque en “El México Que Se Fue” la gran mayoría de los peones no sabían leer y solo le ponían una raya a su nombre al momento de pagarles…
Más información sobre las tiendas de raya https://www.lanetaen.com.mx/?p=1159
SE ARMÓ LA GORDA
A mediados del siglo XIX, España era una potencia en franca decadencia, había perdido la mayoría de sus territorios coloniales en América y el descontento en la población crecía sin pausa. Ante tal debacle, comenzó a generarse un movimiento revolucionario que estalló en 1868. El levantamiento, por cuya causa la reina Isabel II (1830-1904) debió abandonar el país, vino precedido de un insistente rumor callejero; el rumor decía que Isabel II estaría próxima a armarse e iniciar un conflicto mayor, la gente decía “se va a armar la gorda” y cuando en septiembre de ese año los rumores resultaron ciertos la frase se convirtió en “se armó la gorda”. Hoy la frase se refiere a cualquier tipo de problema más o menos grave, incluyendo una guerra o a una simple trifulca familiar.
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